Mi cuerpo era mi trauma. Por Silvina Dewey
Por aquellos años de fines de los 90, transitaba una etapa de mi vida bastante especial, cuestiones personales, laborales, emociones encontradas. La principal cuestión, reconocerme y reconocer mi cuerpo. Me era totalmente impensable experimentar, elaborar, procesar, sanar a través de la expresión corporal. Había probado todo tipo de terapias individuales, grupales, psicoanálisis, en nada podía obtener algún resultado o señal para conseguir revertir mi momento.
Vivo en la zona sur de la provincia de Buenos Aires, Argentina a unos kilómetros de la capital de la provincia, ciudad de La Plata y por una hermosa causalidad de la vida y por medio de un familiar me encontré con una profesional que trabajaba todo lo que yo padecía y nada menos que con la terapia corporal ¡Uff, qué difícil!, me sonaba! No tenía mucha referencia al respecto pero sabía que debía aceptar el desafío y lo hice.
Llegar a La Plata para mi primera sesión mientras viajaba, era preguntarme y repreguntarme todo el tiempo ¿Qué hago? ¿Qué digo? ¿De qué le hablo? Quería llegar y que pasara rápido, pero al mismo tiempo no sabía si estando en la puerta entraría ¡Sí! Así como lo relato, era tanto mi complejo corporal, que una parte de mí se negaba a que el hablara y mucho menos se mostrara.
Llegue. Ahí estaba. Sentada en la recepción de un lugar que me transmitía una sensación especial. La India, con esa sensibilidad especial me dijo: “Hola Silvi, vení, entremos. Recuerdo que era un espacio que me pareció inmenso, con un montón de elementos, muchos de los cuales me recordaban a mi infancia, pues con ellos jugaba de chica. Nos sentamos en el suelo, descalzas y comenzamos a charlar y sentí que las palabras solo fluían.
Fue maravilloso, especial, diferente. Por primera vez en toda mi vida me sentí a gusto, cómoda y sin tanta formalidad hablando de mis dificultades.Y así comencé un camino que me ayudó muchísimo en diversos aspectos.
Fue una experiencia maravillosa, fue La India quien me ayudo a reconocer, aceptar y modificar lo que para mí era prácticamente un trauma: mi cuerpo. A partir de experimentar mis emociones de manera diferente, cada sesión era una enseñanza y una expectativa superada en muchos aspectos.
Pasaron muchas cosas en todo ese y este tiempo, me pasaron. Trabajé junto ella poco más de un año, luego perdimos contacto. La maravillosa tecnología en este aspecto hizo que la vida nos volviera a cruzar, ella allí en Sevilla y yo aquí en Argentina, trabajando de lo que más me gusta, amo mi profesión, me capacito permanentemente, siento que crecer y avanzar en lo que nos gusta es un desafío constante que nos colma de satisfacciones. Aprendí que mi cuerpo es mucho más de lo que exterioriza. La India me lo enseño, fue ella quien siempre me alentó a más, a que todo es posible sabiendo cual es nuestro principal objetivo, utilizando las herramientas que necesitamos y con el deseo permanente de alcanzarlo.
No se pierdan esta hermosa posibilidad que ella nos brinda para que podamos superarnos y transitar un camino único y vivencial que seguro los enriquecerán.
Necesitaría muchísimo más tiempo para contar mi experiencia, pero lo más importante que quiero transmitir, es que hubo un antes y un después luego de esas especiales sesiones con esta India que hoy sigue con la misma humildad, calidez, simpleza y generosidad de cuando la conocí. UNA PROFESIONAL con todas las letras.
Gracias. Gracias. Un Abrazo enorme, mi cariño y especial agradecimiento.
Un Placer, orgullo y un honor poder ver hoy tu crecimiento y saber que seguís conservando tu esencia como excelente ser humano.
Silvina Dewey. Bs As (Argentina)
Gracias de todo corazón Silvina por este reencuentro, por compartir tu experiencia y hacerme saber de tu vida. Es un honor haberte acompañado.
La India
Terapeuta Corporal
www.la-india.es
Las devoluciones fueron como leer un libro acerca de mí.
Cuando inicié este trabajo mi vida estaba ocupadísima…Pero justo estaba por regresar a dar clases después de una pausa de casi 4 años y no podía dejar pasar la oportunidad de trabajar en mí. Siempre he tenido por principio estar capacitándome si estoy dando clases, es como un compromiso hacia mí y hacia mis alumnas, así que era justo lo que necesitaba.
Llegué justo al final del primer Tutorial 21 y me dolió habérmelo perdido, pues había encontrado algo que iba más allá de pasos o una coreografía ¡Las sensaciones del cuerpo! Ya estaba acostumbrada a trabajar con las emociones y pensamientos ¿pero el cuerpo? Eso era nuevo y no podía perdérmelo. Uno de los maestros con los que más he tomado clase ha sido Antonio el Pipa. El me enseñó acerca de la energía y el cuerpo. A partir de tomar clases con él yo cambié y mi danza comenzó a ser otra. Mi cuerpo como canal de energía que se mueve a través de la danza ¡y pude sentirla! Ahora, contigo, volvía a toparme con esa energía, pero también con algo más… el misterio del cuerpo y las sensaciones corporales. No podía estar más feliz ni más emocionada pues, comenzaría a trabajar en mí y en mi cuerpo que me había dado dos decepciones en el transcurso de un año atrás: no concebir hijos y manifestar hipotiroidismo. Todas las mañanas y tardes ocupada, incluso los fines de semana ¿En qué momento iba a poder dedicarme unos minutos para este trabajo de conciencia corporal que necesitaba tanto?
En un principio me conformaba con ir leyendo, ir viendo y aprendiendo de lo que mis compañeras compartían. Sabía que tenía un tesoro y muchas veces eso fue suficiente. Pero comienzas a inquietar, a decir ¡hazlo que para eso estás aquí! Y fui luchando para encontrar huecos de tiempo. Y fui subiendo algunos vídeos para que sean supervisados por India ¡Las devoluciones fueron como leer un libro acerca de mí! ¡Y me fui dando cuenta de tantas cosas! Así como en la danza en la vida ¡Y me fui dando cuenta de tantas cosas! Así como en la danza en la vida. Fui abordando mis clases de manera diferente, desde la perspectiva del cuerpo. Fueron saliendo muchas palabras nuevas en mi vocabulario dancístico como por ejemplo “corporalizar un paso”: poner un paso en el cuerpo vs. poner el cuerpo en un paso. Y así cada momento de las coreografías, sabiendo cómo ayudarlas a construir un “yo corporal más seguro”.
El tutorial 365 no lo he aplicado tal cual a las clases como técnica, pero sí como actitud- actitud consciente de su danza y de su cuerpo. Puedo decir que ha sido maravilloso. Percibo la transmisión de una idea completa o que se va completando durante el proceso. A casi 8 meses de haber iniciado, puedo decir que mi vida hoy se ha descomplicado. Con la sola intención de centrarme en mí, al tomar decisiones importantes para mi danza, también pude tomar decisiones importantes para mi vida. Este es un trabajo invaluable. Lo atesoro, sí, pero también lo estoy trabajando para que esté dentro de mí y pueda compartirme de una mejor manera, de una manera más consciente, presente y centrada.
A por ello. El camino es largo, a seguir caminando (danzando)…
Abrazos India, GRACIAS por compartirte con tanta generosidad y entrega.
Pilar Villareal .Profesora de baile flamenco- Arteterapeuta. (México)
Gracias por tu aporte porque hace grande mi trabajo.
La India
Flamenca.Terapeuta Corporal. Escritora.
www.la-la-india.es
«India puede leer en tu cuerpo esos límites, bloqueos, miedos…»
¡Hola flamenc@s!
Mi nombre es Ana y formo parte del grupo de India, de El tutorial de 365 días, desde hace dos mesecitos. He tenido la gran fortuna de ser obsequiada con una sesión de asesoramiento individual con India, que me tocó en el sorteo que realizó por el aniversario del grupo.
Debo decir que estoy muy contenta de haber ingresado en el grupo, quería trabajar en mi flamenco, en mi ser y con este tutorial me siento en el camino de realizarlo. Por el momento estoy tomando más consciencia de mi cuerpo y de lo que siento, sabiendo donde está mi eje, mi casa y así pudiendo volver al lugar seguro y respirar, cuando el exterior me hace tambalear.
La sesión de asesoramiento individual con India fue muy interesante y productiva. Me hizo ver aquello que no era visible a mis ojos, pero que una vez ella me lo enseñaba podía verlo con claridad. En mi baile pongo límite y lo expreso con mis manos, no lo quiero dar todo, seguramente por el juicio del otro, la mirada del juez, ese juez interno que uno mismo crea por sus propias creencias aceptadas desde la niñez y perduradas en el tiempo. Esas creencias negativas para el propio ser, que provocan bloqueos que son visibles en el cuerpo y más en una expresión de sentir como es en el baile flamenco. India trabaja a través de esa expresión, ella puede leer en tu cuerpo esos límites, bloqueos, miedos… Y posteriormente darte indicaciones de aquello que debes de trabajar para poder desbloquear y liberar tu baile…LIBERAR TU SER Y DANZAR LA VIDA.
Para mi, las indicaciones que me ha dado India han sido muy valiosas para tomar consciencia de lo que me pasa, para estudiar mi cuerpo y a la vez mi sentir en la vida. Estoy tomando consciencia, que es el primer paso para el cambio y queriendo trabajar mucho para realizarlo. La sesión de asesoramiento la recomiendo cien por cien para centrarte más en lo que tú necesitas para tu baile y para la vida.
¡¡Gracias India por ese grandioso regalo!!! ¡A seguir trabajandooo!!
Un beso flamenc@s.
Ana, de Barcelona
Cuenta atrás 2. La Felicidad
En mi adolescencia era aficionada a las novelas y telenovelas, vibraba con los personajes y sus dramas encarnando apasionadamente sus papeles. Cuando finalmente los protagonistas en cuestión se encontraban y se daban el sí para siempre, terminaba. Justo cuando podía comenzar a disfrutar sin tensiones de esa ansiada felicidad no había más libreto. Me quedaba con una sensación de vacío, que sólo la cubría comenzando con una nueva.
Lo que se hace intolerante es ese vacío existencial que sólo se llena con melodrama relacional. La montaña rusa llega al fin del recorrido y toca decidir qué hacer ¿Otra vuelta o sentarse a mirar cómo gira?
Ahora prefiero sentarme y mirar la montaña rusa a la que subí, donde grité del horror y lloré del miedo, me quise bajar cuando estaba en la cima, reí histéricamente entre risas desconocidas, en definitiva, siempre estuve sola ante la posibilidad de morir ante el peligro o perder a alguien amado en una curva.
Me imagino la felicidad como poder sostenerme una cinta transportadora, siendo yo una maleta que contiene solo lo importante y dejándome llevar por el destino.
Siento que fui apretado el botón de detener hace algún tiempo y como una locomotora, que va aminorando la velocidad hasta quedar detenida lentamente. Ahora puedo bajar porque todo está en calma, soy capaz de observar y ser objetiva con el juego emocional de la vida en el que ya no me interesa participar. Lo que espero, después de esta comprensión, es ponerlo en práctica y aunque mi ego me ponga zancadillas para olvidarlo, este testimonio que he ido reflejando en estos diez días de reflexión, me ayudarán a volver a contemplar la montaña rusa desde abajo, porque allí es donde quiero estar. Al menos ahora, sé cómo volver a tierra firme y a mi centro, toda vez que lo olvide.
La India
Flamenca. Terapeuta Corporal. Escritora
www.la-india.es