Sabemos que Hombres y Mujeres no desean lo mismo, pero…
¿Cuál es el deseo profundo de la Mujer? ¿Cuál es el deseo profundo del Hombre?
 
La mujer, lo único que desea es ser abrazada profundamente por el hombre y que ese abrazo sea tan profundo que le penetre hasta el alma.
El hombre, lo único que desea es penetrar profundamente a la mujer y que esa penetración, sea tan profunda que abrace su alma.
                         
 
Desde la polaridad femenino-masculina, cada uno en sí mismo y juntos en el mismo tiempo -espacio, se integran en consonancia al abrazo profundo de Amor que ambos secretamente desean.
 
La esencia masculina en la parte inferior del cuerpo es la que entrega impulsivamente: los genitales.   
La esencia femenina en la parte superior del cuerpo, el corazón que vibra en Amor, se expande hacia los brazos para recibir y acoger.
 
Desde arriba en ella y desde abajo en él, se abren los canales profundos hacia el centro de la emoción –el plexo solar ubicado en la boca del estómago-. En el preciso instante en que  ella abraza desde su esencia femenina, abre su potencial femenino desde el fondo del útero, para que él  penetre su alma. Cuando él siente abierto el camino hacia la verdad de ella, experimenta el abrazo profundo en el propio corazón, despertando su potencial masculino emocional, de cuidado y protección. Sólo despertando y sanando el uno con el otro, se unen auténticamente: en su esencia y su potencial.
Para vivir al abrazo profundo que penetra con Amor, es necesario que ambos estén receptivos y expresivos en equilibrio.
 
Lo que ocurre ante el desequilibrio, ella frena intuitivamente la expansión amorosa desde el corazón, por miedo a no ser contenida en Amor por él. Así, sus brazos devienen en finos alambres de púa que ponen distancia. La penetración que él ofrece obedece al instinto sexual de satisfacción inmediata, sin avanzar más allá del contacto vaginal superficial, desconectando sus emociones por el miedo inconsciente a ser devorado.
           
El circulo del dar y recibir Amor queda truncado por miedo, creando un hueco que fagocita toda posible expresión de Amor. Así ambos olvidan su deseo de ser abrazados en amor y se conforman con el pobre ejercicio orgásmico como fin en sí mismo,      
 
 Cuando en la sexualidad compartida, el Amor está sometido por el miedo, permanecemos con una actitud defensiva y a la espera caprichosa de que sea el otro,  el que de Amor.
 Si ella espera recibir, recibirá sólo penetración -que es lo que él sabe dar-. Y si el hombre espera que ella entregue, logrará un abrazo tierno. Él quiere penetrarla y ella cierra la penetración profunda porque no se siente abrazada, estableciéndose un círculo vicioso de desconexión amorosa, falta de empatía y soledad durante el acto sexual.
 
Para hacer el Amor hay que entregar Amor. Hay una parte de ti que sabe dónde y con quién, si asumes tu auténtico deseo vivir el Amor en pareja sin miedo.
 
La India
Flamenca. Terapeuta corporal. Escritora
www.la-india.es