El dolor de todo lo que hubiera hecho y no hice. En este balance en el que miro atrás y recorro mi vida, me duele haber vivido con tanta prisa. He dejado volar momentos únicos, miradas, espacios de tiempo en abrazos con mis padres, a quienes hubiera podido comprender más en su vida personal y no solo como mis progenitores.
Si hubiera sabido lo que hoy sé, me hubiera amado más, cuidado más, respetado más y así, lo hubiera hecho con mis hijos. El dolor de lo perdido, de lo pasado, de lo que nunca volverá es mi felicidad de hoy para aprender a disfrutar todo lo que el tiempo me da en cada segundo presente, porque el segundo pasado, ya es de él.
El dolor de la vida vivida durante cincuenta años me enseña a ser feliz este instante, aquí y ahora. Hoy me duele cuando en mi introspección sólo oigo mis reclamos y se me olvidan los grandes momentos vividos, que fueron muchos y transformadores. Mi vida no es más dolorosa que feliz, pero sí intensa y no merece que miré atrás y sólo vea el dolor.
Es sorprendente sentir como medio siglo se condensan en este segundo. Mi intención para los años por delante es vivir recordando que me he perdonado, permitirme ser feliz porque sí, en el segundo vivo que la vida me regala todo el tiempo. Y mi deseo es recordar que he aceptado el destino, que el tiempo no tiene sentido si me pierdo en él, que no necesito hacer fuerza para alcanzar metas, porque la vida se encarga de que llegue a mi puerta lo que es mío.
En mí, se está realizando un pacto profundo con la vida, por medio del cual acepto lo ocurrido con aciertos y errores. A sabiendas de la irremediable implacabilidad del tiempo, que no me permite ir hacia atrás con la sabiduría de hoy para ajustar aquello que ha quedado suelto, o rellenar con la pieza que allí faltaba y que entonces fue imposible conseguir, pero que hoy, inútilmente, cae en mis manos como una mota polvo.
La India
Flamenca. Terapeuta Corporal. Escritora
www.la-india.es
el dolor recien ahora estoy tratando de mirarlo cara a cara para conocerlo y poder atravesarlo, con todo mi cuerpo, en nuestras charlas fui descubriendo que el dolor esta y va a estar, siempre. que surgira por una fecha por un olor, por un recuerdo, pero lo que ya no esta es el sufrimiento.- Entender que el dolor me tiene que hacer agradecer lo que tengo hoy y solo recordar lo bueno que fue, y que ya no va a volver a ser, el tiempo es inexorable
A veces el error es creer que todo lo podemos, que todo está en nuestras manos y no es así. Tal vez el mayor dolor es causado al ego que nos convence que podemos controlar todo y así evitar situaciones que nos causan dolor. El dolor es inevitable, es parte de la vida, como lo es la felicidad. El dolor sólo no existe, siempre está ligado tal vez a, una situación que quizá la solución esté fuera de nuestro alcance; o tal vez ligado a un deseo que no pudo ser consumado. He aprendido que, lo que nos ocurre, no es evitable, ocurre. Y el gran trabajo a veces sólo está dado en la contemplación reflexiva de lo que nos ocurre.