El Flamenco con el corazón en las manos.

El Flamenco con el corazón en las manos.

Como aquellas gitanas de la avenida de la Constitución, que junto a su ramito de romero ven allí tu vida entera, eres tú quien tiene que descubrir en tus propias manos tu suerte, tu destino y tu verdad.
 
En la expresión, los gestos y el movimiento personal de tus manos está ese aspecto profundo y emocional de ti. En tus manos está, nunca mejor dicho, descubrir tu mundo interior.
Es con ellas con quien tocas tu corazón y si te fijas, no puedes hacerlo tan naturalmente con ninguna otra parte de tu cuerpo. Presta atención a las veces, en las que señalas tu pecho indicando al corazón cuando hablas de ti y de una forma automática y sin sentido no estás presente en ello. Las manos con sus cinco dedos como los tentáculos de tus brazos y hombros, son la expresión, la expansión, la voz y el lenguaje de tu corazón. Cuando tú bailas, ellas expresan las memorias profundas de tu alma alojadas en tu corazón, tanto si lo sabes o no, esto es así y no puedes controlarlo.
Las manos no son algo que pueda estructurarse como una escobilla de pies, la expresión de las manos es algo que surge con el tiempo a medida que, cómo alumna o alumno avanzado, vas “imprimiendo tu personalidad” o “descubriendo quién eres”. Hay una gran diferencia en estas dos premisas y es el quid de la cuestión desmenuzarlas.
La primera viene del ego, de lo que crees de ti, de tu mente, de la personalidad que él crea para sobrevivir en la vida. La segunda viene de tu corazón, de lo que sientes, de tu intuición y es quien expresa tu esencia. Cuando imprimes tu personalidad a las manos, es tu ego quien se expresa y cuando vas descubriendo paso a paso quien eres, es tu esencia la que se asoma.      
Ellas, las manos, también aprenden a crear una estructura o una forma ideal de ser o moverse siguiendo las órdenes de tu mente, del mismo modo que lo hace el resto de tu cuerpo, pero la diferencia es que ellas son más sensibles al corazón que a la mente y cuando bailas se desmarcan rápidamente del ego.
El cuerpo mantiene la estructura de la colocación dentro del compás, con el paso correcto y bien hecho bajo las ordenes mentales, pudiendo desconectar de la emoción. Ellas, al no tener que sostener ninguna estructura, sincronizan lo que está ocurriendo entre tus emociones y los estímulos externos; respondiendo visceralmente   pueden cambiar de temperatura rápidamente, se humedecen, pican, se calientan, sudan, se mueven sin control temblando o teniendo un tic nervioso. Expresan la inocencia de la autenticidad desde el momento cero, porque están en la línea directa del corazón exhibiendo lo que él siente y que el resto de tu cuerpo intenta disimular. A ellas no puedes exigirles arte, pellizco, flamencura, aunque las entrenes, por el contrario el cuerpo puede vestirse con el disfraz de lunares, pero literalmente, ellas salen desnudas.
El flamenco tiene una técnica y una estructura muy clara cuando de baile se trata. Existe técnica de manos donde la muñeca tiene ejercicios y cada dedo puede entrenarse para adquirir movilidad y soltura. Pero la mano como expresión de unidad, es decir, la palma de la mano donde el tacto es agudo y la percepción es precisa, al punto de reconocer al tacto el rostro de las personas que amamos, no puedes ponerle un guante, una forma flamenca que impida el fluir de la energía de la vida que late en tu corazón, porque pierdes el único punto de todo tu cuerpo que a la hora de bailar flamenco no responde a un método. Las manos se sostienen en la estructura de un brazo bien colocado y alineado, pero son libres de esa armazón.
La India
Terapeuta corporal flamenca, escritora
www.la-india.es
 

 

Danzar es mirarte por dentro.

Danzar es mirarte por dentro.

Lo que expresas en tu danza es a ti.
Lo que expresas danzando es tu profundidad.
Lo que expresas danzando es tu Ser.
Pero…
            Sé que diciendo pero invalido todo lo anterior y lo hago queriendo. –La psicología de la Gestalt dice que: el pero en una frase anula lo anterior y solo permanece lo que digo después de éste-.       
            Lo que expresas danzando es tu esencia, pero sólo si has aprendido a percibirte, sentirte, intuirte y mirar dentro de tus emociones, de lo contrario sólo estarás danzando con tu neurosis.
            Cuando danzas contigo, lo haces con todas tus partes: cuerpo, corazón, alma y espíritu en total aceptación. Una aceptación que va más allá de lo que puedas comprender y que está más acá de la simple alegría como lo más parecido a estar en paz, disfrutando plenamente  del momento.  Si no trabajas con tu interior, es decir con aquello que hay detrás de una molestia,  un esfuerzo sostenido,  un permanente “no puedo” o aquella premisa de no parar nunca, exigiéndote  al máximo  para calcar una forma de otro; si no desmantelas esas partes de tu personalidad que te impiden danzar con lo más auténtico de ti solo estarás bailando con tu esfuerzo, exigencia y tus parloteos mentales de mamá y papá. Te creerás libre, cuando en verdad solo estás exteriorizando la estética de tus personas internas.

            Sólo se trata de comprender, porque el hacer, qué, cómo o cuándo, viene por añadidura. Sacando las raíces de tus partes profundas y oscuras hacia la luz, éstas mueren. Osho dice: “ninguna raíz que es sacada de la tierra y expuesta a la luz del sol, vive”.  

            Tu deseo de danzar es genuino porque viene de tu corazón, pero tu baile en sí mismo no hace genuina tu expresión, porque quien lo interpreta es tú. Y tú, no lo eres completamente  porque te has dejado partes olvidadas o escondidas detrás de ti, allí en las “Cavernas del Averno”, también de tu corazón.  Este lo guarda todo, tus amores, tus deseos más genuinos, tus miedos y dolores. La combinación del quiero y no puedo que acompaña a cada persona y de la que podremos escapar con la ayuda objetiva de un acompañamiento terapéutico.
            Por eso, danzar es mirarse por dentro y sea lo que sea que encuentres allí debes sacarle a la luz, sólo así dejarás de esconderlo, temerle o negarlo. Entonces tu danza podrá ser personal, atrapante, conmovedora o simplemente diferente y tú habrás sanado un poquito más, entrando en el espacio de la coherencia  entre el hacer del corazón y el saber de tu espíritu, porque la que ha sanado es tu alma. Es ella quien dentro de tu corazón guarda las memorias de los deseos y dolores de tu existencia.
Por eso digo que danzar es expresar  lo que sientes por ti, aceptando sin juicios las emociones de tu corazón en coherencia con tu espíritu, que es quien te guía en el camino.
La India
Flamenca.Terapeuta corporal.Escritora
www.la-india.es
Tres amigas nos cuentan su experiencia en -El Tutorial 365-

Tres amigas nos cuentan su experiencia en -El Tutorial 365-

¡Hola! después de un tiempito vuelvo a escribir por  aquí para contarles cómo está siendo mi experiencia en El Tutorial 365.Me siento muy agradecida por vivir esta experiencia, que aunque vaya despacio y a mi tiempo, está logrando cambiar muchas cosas de mi relación con el baile. Me encontré con mucha información, vídeos y material. Confieso que al inicio me sentí abrumada, pero luego al ir adentrándome en cada vídeo, en cada explicación, me sentí en casa. Cada vez me estoy amigando más con mi baile, con mi cuerpo y mi sentir para poder transmitir. Esto de ir concienciando los movimientos, la respiración es una maravilla!! Es un trabajo desde adentro hacia afuera. 

Es un aprendizaje invaluable y que cada una de las que amamos esto, debemos experimentar.

Agradezco a La India por compartir todo su conocimiento con tanta generosidad. Cada vez que repaso algo me encuentro tratando de estar en eje, sintiéndome arriba y gigante. Toda esta actitud y conciencia Flamenca se manifiesta no solo en el baile sino en mi Vida! .

GRACIAS GRACIAS GRACIAS a nuestra Maestra y también a tod@s l@s que forman este grupo porque crecemos junt@s a través del flamenco que nos hermana!
Melina Tornello (San Bernardo. Argentina)
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Quiero contar mi experiencia en  -El Tutorial 365- .Cuando ingresé al -El Tutorial 21 Gratuito-  fue por curiosidad y buscando siempre algo mas para mi baile, allí lo primero que me impacto fue una frase tuya que decía «Porque a veces a tu flamenco le faltas tú» y entonces pusiste en palabras lo que yo sentía en mi interior. Me encontré con un grupo de personas maravillosas y con vos, una maestra, generosa, atenta a cada detalle, pendiente de todos nosotros y aprendí un montón.  Por instancia tuya me puse propósitos para mi concientización y  fueron 21 días plenos de alegrías y descubrimientos.- Al finalizarlos se hizo un sorteo para participar en el Tutorial de 365 días y salí elegida, no puedo expresar la felicidad que sentí, una vez dentro del nuevo grupo me encontré con cantidad de material impresionante, más de 40 videos, archivos, reflexiones, artículos de tus libros, «Mis 10 mandamientos para el Flamenco» y «El flamenco mi inspiración»,  con tu asistencia permanente para ayudarme a concientizar mi cuerpo, a relajarme y poder expresarme sinceramente, encuentro cada día el equilibrio la fuerza, el peso la intención, todas cosas que tú nos marcas en este camino y nos guías constantemente. Trabajar cada video y luego subirlo al grupo esperando tu devolución es tenerte todo los días en mi casa explicándome, a pesar de los 10 mil kilómetros que nos separan.- Me acompañas  en este proceso de concientizar mi baile, no solo con el control semanal que realizas a través de los videos, sino también contestando cada pregunta cada duda.-
Por eso yo con cada persona que hablo recomiendo de corazón: ingresen al Tutorial de 365 días porque no se van a arrepentir, porque es una experiencia única, porque no importa el nivel que tengamos, esto no es marcaje, no es aprenderse una coreo, o copiar a alguien más, es aprender a sentir cada paso que doy, cada movimiento que sale de lo más profundo de mi ser y eso me lo estoy aprendiendo gracias a vos India querida, porque de a poco me voy asomando de tu mano a mi flamenco y me voy descubriendo en él y en la vida misma.- Mil gracias y ojalá muchos puedan acceder a este Tutorial que te cambia no solo tu baile sino que también la vida.-
Saludos desde Argentina, feliz de haberte conocido
Marisa Otero (Buenos Aires Argentina)
Hola a tod@s, yo también quiero compartir, como una de las ganadoras del premio en la 2@ edición, mi experiencia en el Tutorial 365, que ha sido como asomarme a los fogones de un famoso cocinero para ver los entresijos y los «trucos del chef». Algo a priori complicado, La India lo desmenuza de tal manera que se aprecia la «sencillez» que hace verlo posible.
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El trabajo de conciencia corporal significa mucho para mí, para conectarme conmigo misma y con el momento que estoy viviendo, para sentirme. Darme cuenta de lo que hago y de cómo lo hago, es lo que me permite mejorar cada movimiento, junto con las correcciones, la verdad es que es un aprendizaje impresionante y un trabajo personal importante.
Gracias La India por tu presencia, se te siente muy cerca y a todas las compañeras también por estar ahí, acompañándonos mutuamente. Algo que me encanta, desde distintas partes del mundo, tan lejos y tan cerca a la vez, conectad@s.
Ni qué decir de la cantidad de ejercicios y calidad de las explicaciones, el material es de 10, como todo lo que ofreces. Así que gracias, gracias, gracias, por tu trabajo y por este espacio flamenco a nuestra disposición. Me siento afortunada.
Rosa Gándara Lapeña. (Alicante, España)
www.la-india.es
El cuerpo calla lo que el corazón grita. El baile flamenco y la terapia corporal.

El cuerpo calla lo que el corazón grita. El baile flamenco y la terapia corporal.

Artículo publicado por el Correo de Sevilla el 8 de noviembre de 2017

El flamenco surge como el lenguaje de la expresión genuina de un pueblo que explota en forma de arte su miedo, su dolor y su más profundo penar. Hoy, todo ese cúmulo de emociones primarias sigue tan vigente como antaño, solo que hoy: el cuerpo calla y enmascara lo que el corazón pide a gritos. Hoy duele no Ser uno o una misma bailando.
Con la terapia corporal y a través del flamenco, podemos llegar a los patrones inconscientes de éste dolor, transitarlos y liberarlos.
            La mente, aliada de las estructuras tangibles y gobernables apresa al cuerpo como su lacayo. Así es como primero pensamos y luego actuamos en función de lo que creemos. En el baile flamenco actualmente ocurre del mismo modo.
            Se crea en la imagen mental aquella forma que queremos dar a una soleá, por ejemplo y se somete al cuerpo a esa imagen de ensueño. En el mejor de los casos es una imagen que efectivamente brota del sentir del corazón, pero a decir verdad, esa imagen jamás llega pura a la estructuración mental que la  pone en marcha, sino que llega tan filtrada, recortada y reprimida que se torna una imagen zombi. Pero aún hay más, porque muchas veces, la imagen que la mente crea no es en base a lo que emana del corazón de quien baila o estudia baile flamenco, sino de sus iconos e ideales mentales basados en los grandes de este arte y que ellos mismos dogmatizan. Así la creación es absolutamente mental, aunque bien podría ser una copia perfecta y estéticamente bella, el problema es el frío vacío que se siente profunda y permanentemente. “No estoy ahí cuando bailo”
            Desde mi experiencia, puedo decir que me llega a través de clientes, alumnos, profesionales y lectores, una única y dolorosa constante: ¿Por qué no puedo expresar todo lo que siento?“Tengo miedo, no tengo nada que dar, me paralizo al subir al tablao”. Podría citar muchas frases más, pero todas van al mismo punto: el dolor de no Ser uno o una misma bailando.
             Ante este grito ahogado, la solución más a la mano que encuentran es seguir estudiando, perfeccionando movimientos y buscando seguridad en la ejercitación de sus tablas de pies, para sentir ese arraigo a la tierra y remediar así lo que ocurre en ese segundo trágico en el que el frío se mete en el cuerpo, las piernas se endurecen y el corazón late a mil por hora.  
            Esta falta de coherencia entre el sentir y el hacer no atañe solo a quien baila flamenco, puesto que todos hemos sido adoctrinados sistémicamente. Llegados a este punto, nos cuesta tantísimo identificar el deseo profundo que viene del corazón, que para ello, algunas personas buscamos algo que ni sabemos qué es, pero intuimos que allí está. Para abrir la conexión mente, cuerpo y corazón, durante años investigamos, curioseamos y estudiamos caminos encapsulados genética y ancestralmente, con el único fin de bailar por Soleá con el corazón abierto. 
            El flamenco es un canal directo al corazón y desde el corazón a la esencia del Ser. Siguiendo el camino hacia dentro, hacía lo profundo, doloroso y oscuro, aletargado en el sótano, lo que yo llamo “las cavernas del averno” es dónde encontramos el poder para volver a crear.
            Cuando los sueños del alma, aquellos que nos apresaron y silenciaron salen de la oscuridad a la luz, el baile se hace danza y así se convierte en sagrado, porque finalmente expresa al Ser. No es un camino fácil, pero puedo decir que a través de la terapia corporal buscamos romper el círculo vicioso de bailar a costa del esfuerzo como único recurso. Desmenuzamos información sutil arraigada en el cuerpo, desbloqueando recursos corporales, mentales y emocionales, trabajamos con esa frustración que se hace síntoma en el baile y la finalidad es que la persona recoja sus propios recursos y potenciales.
            El baile flamenco, para quien lo vive, ofrece en el proceso terapéutico un camino de evolución para acceder tanto a la dimensión espiritual, como a la inconsciente, por tanto, cuando buscas el flamenco en ti, te buscas a ti y ese es el camino que emprendes. El flamenco es empuje para hacer el movimiento más allá del sitio de confort. Otras veces, es el síntoma que trae información para el cambio.
            Definitivamente no es el flamenco quien te hace sufrir, eres tú. Porque a veces a tu flamenco le faltas tú. Y si le faltas tú…entonces ¿Quién esta danzando dentro de tu baile? Que es lo mismo que preguntar ¿Quién está viviendo dentro de tu vida?
“La India”.
Flamenca, Terapeuta y Escritora
www.la-india.es
EL sufrimiento de bailar sin danzar.

EL sufrimiento de bailar sin danzar.


“Ahondar en el flamenco para mí mismo, es mirarme en el espejo y tengo un millón de resistencias. El principal bloqueo es el estudio. Ir al estudio y sentir que no avanzo, que no tengo nada que contar, me falta la seguridad de creer en mí”.
            No son mis palabras, pero podrían serlo. Son las palabras de un lector. Si te resuenan también podrían ser las tuyas. He escogido esta frase al azar de entre las que  me llegan  regularmente, de las personas con las que trabajo en consulta, en las clases o me leen. Mensajes como este con la misma y dolorosa constante, es el reclamo, a esa parte esencial, que habita en núcleo del centro de tu corazón. 
“Me siento atrapada por el miedo a no hacer las cosas bien. Necesito liberarme de la trampa de la inseguridad, me gustaría adquirir más fuerza en los brazos para que mi baile realmente se vea flamenco”.
            Esta es otra forma más de describir el dolor de no Ser, bailando flamenco. Que me permito extractar y compartir, sin dar nombres, porque siento como si fuera la voz del corazón de aquellos que sienten esa ausencia. Sentir la falta de autenticidad a la hora de expresarnos en el baile -algo que sólo comprendemos aquellos que amamos y nos apasionamos con el baile flamenco- pero que también ocurre en otras danzas, expresiones artísticas y profesiones, porque en verdad sucede en tu vida-. En definitiva, el velo comienza a hacerse más permeable y comenzamos a darnos cuenta que esta personalidad llena de defensas que hemos creado, no somos nosotros. No soy yo.
            No sabes bien qué, pero no eres eso. Sientes, percibes o intuyes que eres mucho más, tanto más inmenso eres, que te abrumas  de esa grandeza y optas por limitarte  y mantenerte en lo viejo conocido donde todo está encajado, no hay sorpresas y las variantes son controladas.
            Cuando buscas el flamenco en ti, te buscas a ti y ese es el camino que emprendes. El flamenco es tu excusa para hacer el movimiento mas allá de tu sitio de confort, otras veces es el síntoma que te trae información para tu evolución.
            No es por sistema, porque es cierto que algunas personas se sienten tremendamente expansivas en su expresión artística flamenca. Sólo si sientes que no lo eres, que estas limitada o limitado, con bloqueos, pensamientos rumiantes, sensaciones que carraspean, comprenderás que no solo tienes que tratar de coger fuerza en tus brazos, sino en la fuerza que los mueve. Y eso es mirar en la raíz del movimiento emocional de tus brazos. Si observas, de la cintura para arriba es la parte expulsiva, expresiva, explosiva y toda esa emanación viene de tu emoción en el plexo solar, que tu corazón abraza y ama sin juzgar. Y cuando amas tus miedos dejas de esconderlos, para poder soltarlos y liberarlos  fuera. Eres auténtica o auténtico y sobre todo eres coherente con lo que sientes y libre para contar con tu arte quién eres, qué sientes, cómo lo sientes y dónde lo sientes. Eso que el flamenco mueve y tu mente -llena de mandatos y programas caducos- frena porque te debes a las estructuras del ego.
            No es el flamenco, eres tú. Porque a veces a tu flamenco le faltas tú. Y si le faltas tú…entonces ¿Quién esta danzando dentro de tu baile? Que es lo mismo que preguntar ¿Quién está viviendo dentro de tu vida? Estas preguntas atenderán a tu reclamo inicial acerca de bailar sin danzar. Y pueden ayudarte a aprender a vislumbrar, esa parte de tu esencia que habita en el núcleo del centro de tu corazón.  
La India.
Flamenca, Terapeuta y escritora
www.la-india.es